Los lenguajes de signos no orales que utilizan los sordos apenas han sido objeto de estudio cientĆfico. Los primeros pasos fueron dados hace unos treinta aƱos en NorteamĆ©rica, precisamente dentro delcampo de la lingĆ¼Ćstica.
William C. Stokoe, profesor de inglĆ©s y miembro del Linguistics Research Laboratory de Washington, publicaba, en 1960, Sign Language Structure: An outline of the visual communication system of the American deaf. Eran las primeras conclusiones de sus estudios, iniciados tres aƱos antes, sobre el lenguaje de signos norteamericano, conocido como ASL -American Sign Language- o, tambiĆ©n, como AMESLAN. A partir de 1960, por lo tanto, comenzaba una trayectoria de estudio del ASL, que se extenderĆa, ademĆ”s, a otros dominios como la sociolingĆ¼Ćstica o la psicolingĆ¼Ćstica y estimularĆa, si bien mĆ”s tĆmidamente, trabajos sobre los lenguajes de signos gestuales utilizados en otros paĆses de Europa como Gran BretaƱa, Francia, Suecia, Dinamarca y Holanda.
En NorteamĆ©rica esta curiosidad cientĆfica ha ido acompaƱada de un reconocimiento, aunque mĆ”s lento y de manera desigual, del ASL como la lengua materna, natural, de una comunidad social, que, en aquel paĆs, con unas setecientas mil personas sordas, ocupa el cuarto lugar, tras el inglĆ©s, el espaƱol y el italiano.
En EspaƱa, donde la educaciĆ³n del niƱo sordo ha seguido la tradiciĆ³n del oralismo, entendida como enseƱanza del lenguaje verbal exclusivamente, ahora mantenida por la vĆa de integraciĆ³n educativa, el lenguaje de signos gestuales no ha sido objeto de ningĆŗn estudio cientĆfico.
Si, por un lado, las circunstancias socioeducativas de todos los paĆses, en la lĆnea del oralismo estricto desde hace un siglo, han influido directamente en el comienzo tardĆo de estudios sobre el lenguaje de signos, hay, ademĆ”s, dificultades de investigaciĆ³n derivadas de la propia naturaleza de dicho lenguaje, como el hecho de ser un lenguaje no oral y de existir sĆ³lo en la expresiĆ³n contextual del aquĆ y ahora, es decir, en el discurso en situaciĆ³n, sin un sistema de recodificaciĆ³n escrita.
La perspectiva de estudio de un lenguaje de signos gestuales no debe limitarse, por tanto, al sistema de signos en sĆ, ha de tener en cuenta contextos mĆ”s amplios que la expresiĆ³n lingĆ¼Ćstica, como la cultura y las costumbres de las diferentes comunidades sociales que forman las personas sordas. Es necesario analizar la situaciĆ³n en que se transmiten los enunciados gestuales; su significado debe ser interpretado a travĆ©s delcontexto situacional, es decir, en relaciĆ³n con todas aquellas caracterĆsticas que les son pertinentes.
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